viernes, 17 de junio de 2016

La Educación como Mecanismo de Inclusión Social

Para entender lo que el término inclusión significa y de que forma la educación ayuda a la inclusión social, deberíamos empezar por definir la acción de incluir. La misma supone contener o englobar a algo o alguien dentro de otra cosa, espacio o circunstancia específica. Incluir entonces es sumar algo a otra cosa ya existente. Así, el término inclusión hace referencia al acto de incluir y contener a algo o alguien. Usualmente, este concepto se utiliza en relación con situaciones o circunstancias sociales en las cuales se incluyen o se deja afuera de ciertos beneficios sociales a grupos sociales específicos.

La inclusión, entendida desde un punto de vista social, tiene que ver con el trabajo que diferentes personas realizan a diario para asegurar que grandes sectores de la sociedad no queden por fuera de esta y entren entonces en una espiral de violencia, delincuencia y paupérrimas condiciones de vida. La inclusión social significa integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, de su actividad, de su condición socio-económica o de su pensamiento. Normalmente, la inclusión social se relaciona con los sectores más humildes, pero también puede tener que ver con minorías discriminadas y dejadas de lado. Es importante señalar que la inclusión es un proceso que nunca está acabado del todo, ya que constantemente pueden aparecer diferentes barreras que excluyen o discriminan a los alumnos y alumnas, o, que limitan su aprendizaje y su pleno desarrollo como personas. La educación es una de las esferas esenciales en la que se desenvuelven el proyecto democratizador inclusivo planteado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).

La educación inclusiva aspira a hacer efectivo para todas las personas el derecho a una educación de calidad, que es la base de una sociedad más justa e igualitaria. La educación es un bien común específicamente humano que surge de la necesidad de desarrollarse como tal, por ello todas las personas sin excepción tienen derecho a ella.
El derecho a la educación va mucho más allá del acceso, aunque es un primer paso, ya que exige que ésta sea de calidad y logre que todas las personas desarrollen al máximo sus múltiples talentos y capacidades.


La enorme importancia de la educación también radica en que nos abre las puertas para  aprovechar otros beneficios que ofrece la sociedad y hace posible el ejercicio de otros derechos y de la ciudadanía, lo cual es el fundamento de una sociedad más democrática.
Un aspecto clave de la inclusión es conseguir  la plena participación de todas las personas en las diferentes esferas de la vida humana. Actualmente, existe cierto consenso respecto a que la exclusión va más allá de la pobreza, ya que tiene que ver con la dificultad de desarrollarse como persona, la falta de un proyecto de vida, la ausencia de participación en la sociedad y de acceso a sistemas de protección y de bienestar.


Una mayor inclusión social pasa necesariamente, aunque no únicamente, por asegurar la plena participación en la educación, para lo cual los niños y niñas no deben ser objeto de ningún tipo de discriminación por razones de origen social, étnico, religioso u otros. Todas las personas tienen más posibilidades de desarrollarse como tales, si tienen la oportunidad de participar junto con los otros en las distintas actividades de la vida humana. La humanidad es una forma de relación simbólica, y los seres simbólicos estamos destinados a desarrollar nuestras posibilidades en relación con los otros.

En el ámbito educativo la participación tiene varios significados. En primer lugar, alude a la necesidad de que todos los alumnos y alumnas, sea cual sea su condición, se eduquen juntos en la escuela de su comunidad, y participen lo máximo posible en las actividades educativas. Desde el punto de vista de la participación, la escolarización en escuelas o grupos especiales, con carácter permanente, debería ser una excepción, y habría que asegurar que el currículo y la enseñanza que se ofrezca equivalga lo más posible a los que se imparten en las escuelas para todos.

Uno de los factores que genera desigualdad en los sistemas educativos de América Latina es la segregación social y cultural de las escuelas, que reproduce la fragmentación presente en las sociedades y limita el encuentro entre distintos grupos. Una de las señas de identidad de la educación inclusiva es precisamente el acceso a escuelas más plurales que son el fundamento de una sociedad democrática.

La escuela tiene un papel fundamental en evitar que las diferencias de origen de los alumnos se conviertan en desigualdades educativas, y por esa vía de nuevo en desigualdades sociales. Hoy en día la escuela no es ni mucho menos el único espacio para acceder al conocimiento, pero todavía es la única instancia que puede asegurar una distribución equitativa del mismo si se dan ciertas condiciones.

Avanzar hacia una mayor equidad en educación sólo será posible si se asegura el principio de igualdad de oportunidades; dando más a quién más lo necesita y proporcionando a cada quien lo que requiere, en función de sus características y necesidades individuales, para estar en igualdad de condiciones de aprovechar las oportunidades educativas. No es suficiente ofrecer oportunidades educativas hay que crear las condiciones para que todos y todas puedan aprovecharlas.

La educación inclusiva también puede ser una vía esencial para superar la exclusión social que resulta de ciertas actitudes y respuestas ante las diferencias socioeconómicas, culturales, o de género, por nombrar algunas de ellas, y que lamentablemente muchas veces se reproducen al interior de las escuelas.

El progresivo avance de la inclusión hará que los límites entre la "educación común" y la "educación especial" sean cada vez menos nítidos y precisos y que el rol de las escuelas especiales cambie substancialmente. La tendencia mundial es que estas escuelas se conviertan en centros de recursos a la comunidad y a las escuelas comunes y que tan sólo escolaricen alumnos gravemente afectados.

  La educación es un mecanismo indispensable para la inclusión social, es a través de él que los jóvenes pueden formarse y tener la posibilidad de insertarse en la sociedad a través de un empleo o profesión, es por eso que la educación debe ser libre y gratuita para que todos los sectores sociales puedan acceder a ella. Un niño que no tiene la posibilidad de educarse es un niño excluido de la sociedad, marginado y eso es una injusticia. Por supuesto que ahí no acaban los problemas, la educación además de libre y gratuita debe tener el mismo nivel de excelencia que la privada, porque si no estamos nuevamente frente a una falta de equidad en cuanto a las oportunidades que tienen los niveles altos de la sociedad y los pobres. Educarse es un DERECHO que toda persona debe tener y es un DEBER del estado proporcionar los medios para que este derecho pueda hacerse efectivo.

Muchas veces el problema de niños en la escuela, el famoso fracaso escolar, se debe a un fracaso tanto de la escuela y de la familia, ese fracaso se deduce en muchas ocasiones en que no pueden acceder a los mecanismos necesarios para llevar una vida digna (desempleo, viviendas precarias etc.).Es necesario reeducar a esta gente, y una de las mejores armas con las que contamos es la educación, ya que a través de la educación podemos cambiar a las personas, asesorarles y mostrarle posibles salidas a su situación.

Todo país debe poner lo máximo de interés en la educación, dé su pueblo, con ella se alcanza todo lo que aspira un ser humano, su libertad en todo sentido y sin ella se hunde en la ignorancia, y le impide su progreso para sí y para su familia. el saber no ocupa lugar. así que no dejéis de aprender nunca.

Actualmente el Gobierno Bolivariano Socialista de Venezuela que se encontraba encabezado por el Ex-presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frias, creó una serie de misiones tales como la Misión Robinson, la Misión Ribas y la Misión Sucre. La Misión Robinson (el nombre Robinson viene por el seudónimo que utilizó el escritor Simón Rodríguez) es un programa social del gobierno nacional venezolano de Hugo Chávez, para enseñar a leer y escribir a la población analfabeta venezolana, con materiales de educación distintos a lo habitual y elaborados en Cuba, denominados "Yo, sí puedo". Entre los equipos destacan libros, útiles escolares, diapositivas, anteojos para gente con problemas de la visión, que son regalados a los beneficiados. El programa se divide en distintos niveles, según los conocimientos del instruido. La meta es acabar con el analfabetismo en el país, y a partir de Misión Robinson se han hecho otros programas de instrucción masiva para la población, como: Misión Ribas y Misión Sucre. Según una encuesta de Datanálisis el 72,2% de la población apoyaba las misiones de educación.

Entre los logros de la misión están la reducción drástica del número de analfabetas, es decir la gente que no puede leer o escribir total o parcialmente, la misión ha sido mucho más eficaz que los programas similares realizados durante gobiernos anteriores, hecho que se demostró a finales de 2005 en un acto público con representación de funcionarios de la UNESCO, en el cual se declaró al país "libre de analfabetismo". UNESCO estipula un mínimo de 95% de alfabetizados para recibir este título, meta cumplida por Venezuela.




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