Se refiere a el conjunto
de software que, por elección manifiesta de su autor, puede ser
copiado, estudiado, modificado, utilizado libremente con cualquier fin y
redistribuido con o sin cambios o mejoras. Su definición está asociada al
nacimiento del movimiento de software libre, encabezado por Richard
Stallman y la consecuente fundación en 1985 de la Free Software
Foundation, que coloca la libertad del usuario informático como
propósito ético fundamental. Proviene del término en inglés free
software, que presenta ambigüedad entre los significados «libre» y «gratis»
asociados a la palabra free. Por esto que suele ser considerado como
software gratuito y no como software que puede ser modificado sin restricciones
de licencia. En este sentido es necesario resaltar que la libertad tiene que
ver con el uso y no con la gratuidad.
Un programa informático es
software libre si otorga a los usuarios todas estas libertades de manera
adecuada. De lo contrario no es libre. Existen diversos esquemas de
distribución que no son libres, y si bien podemos distinguirlos sobre la base
de cuánto les falta para llegar a ser libres, su uso bien puede ser considerado
contrario a la ética en todos los casos por igual.
El software libre
suele estar disponible gratuitamente, o al precio de coste de la distribución a
través de otros medios; sin embargo, no es obligatorio que sea así, por lo tanto,
no hay que asociar «software libre» a «software gratuito» (denominado
usualmente freeware), ya que, conservando su carácter de libre, puede ser
distribuido comercialmente. Análogamente, el software gratis o gratuito
incluye en ocasiones el código fuente; no obstante, este tipo de software
no es «libre» en el mismo sentido que el software libre, a menos que se
garanticen los derechos de modificación y redistribución de dichas versiones
modificadas del programa.
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