Las torres de perforación son
utilizadas para realizar perforaciones de entre 800 y 6000 metros de
profundidad en el subsuelo, tanto de pozos de gas, agua o petróleo, así como
sondeos de exploración para analizar la geología y buscar nuevos yacimientos.
Cuando las perforaciones se
realizan en el mar estas torres están montadas sobre barcazas con patas o
buques con control activo de su posición respecto del fondo del mar y se
denominan plataformas petrolíferas.
Para perforar el pozo:
- La broca de perforación o trépano, empujada por el peso de la sarta y las bridas sobre ella, presiona contra el suelo.
- Se bombea lodo de perforación («mud») dentro del caño de perforación, que retorna por el exterior del mismo, permitiendo la refrigeración y lubricación de la broca.
- Se hace girar el trepano, ya sea mediante el giro de la sarta de perforación o mediante un motor de fondo o ambos a la vez.
- El lodo de perforación ayuda a elevar la roca molida a la superficie.
- El lodo en superficie es filtrado de impurezas y escombros para ser rebombeado al pozo. Resulta muy importante vigilar posibles anormalidades en el fluido de retorno, para evitar golpes de ariete, producidos cuando la presión sobre la broca aumenta o disminuye bruscamente.
- La línea o sarta de perforación se alarga gradualmente incorporando aproximadamente cada 10 metros un nuevo tramo de caño en la superficie.
Todo el proceso se basa en una
torre de perforación que contiene todo el equipamiento necesario para bombear
el fluido de perforación, bajar y elevar la línea, controlar las presiones bajo
tierra, separar las rocas del fluido que retorna, y generar in situ la energía
necesaria eléctrica y mecánica para la operación, generalmente mediante grandes
motores diésel.
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